sábado, 28 de mayo de 2011

“Pasión oriental… desencanto occidental”

Son tantas ideas en mi cabeza que no sé por donde empezar, al fin y al cabo, un blog es como un libro de bitácora donde uno va escribiendo lo que le sucede en el viaje.

Desde hace bastante tiempo siento un gran malestar por lo que vengo observando en este mundillo de la danza oriental, me explico. Cuando tomé contacto con esta danza era todo como un sueño, todo bonito, la mujer llevada a lo más excelso, una danza mágica donde todos y todas convivimos en perfecta armonía donde tod@s nos damos la mano porque nos une algo tan maravilloso como la danza oriental. Con el tiempo ves, que la tal armonía no aparece por ningún lado, en vez de manos tenemos muñones y que el sueño a veces se vuelve pesadilla (que conste que todo esto que hoy cuento, es una visión personal de lo que he vivido) Con esto quiero decir, que existe en este mundillo una rivalidad mal sana incluso enfermiza por parte de muchas “bailarinas”. Dicen, que en el amor y en la guerra todo vale, pero parece que en la danza oriental también. A veces pienso lo ridículas que somos a los ojos de los árabes… y sé por qué lo digo, basta con llegar a Egipto diciendo que eres bailarina de danza del vientre, oohh, la diva llego a El Cairo!! Serás el hazme reír de todos los egipcios, eso sin contar que allí, bailarina es sinónimo de prostituta. Suena duro ¿verdad? Por eso cuando veo en mi país “libre” esta clase de rivalidad me dan nauseas. Otra cosa que detesto, es la tomadura de pelo a la hora de tomar clases, claro, cuando una llega no conoce a nadie, no tienes ni idea de que va esto y te conformas con lo que te encuentras, “todo está bien” pasado un tiempo (para algunas enseguida, para otras quizás un par de años y para una gran mayoría nunca verá que hay todo un mundo por descubrir, les basta con seguir haciendo sonar las monedas de sus pañuelos) se te destapan los ojos y comienzas a ver con claridad que es lo que quieres y que es lo que no quieres. Y un problema fundamental, es lo que Shokry Mohamed vio hace mucho tiempo en las bailarinas occidentales y aún nada ha cambiado en ese aspecto. En su libro “La mujer y la Danza Oriental” dice que hay un tipo de bailarinas que dañan gravemente la danza oriental y a sus compañeras profesionales, por el hecho de que se meten dentro de un traje de danza y bailan, y como por regla general los espectadores no son conocedores del baile elogian la actuación creyendo que lo que ha ejecutado es adecuado. Entonces la bailarina toma una postura de excesiva confianza que puede derivar en arrogancia y verse como la bailarina sagrada de un templo. Los ánimos y alabanzas la conducen a vivir una falsa realidad, hasta llegar el día que ve a una bailarina con verdadero arte. Entonces despierta, aun así no reconoce su escasa base técnica y sigue engañándose. Aceptando cualquier actuación o sueldo para seguir alimentado su orgullo. Estas palabras de Shorkry Mohamed reflejan muy bien lo que siento y pienso, que conste que yo no soy profesional ni pretendo serlo, la gente que me conoce sabe de sobra que yo soy feliz con mi música y bailo cuando me lo pide el cuerpo, pero me da rabia ver que hay personas que quieren aprender de verdad y van dando palos de ciegos. Desde hace un tiempo, pienso que el arte no habita en bailarinas que se sienten divas, diosas, sábelo todo de esta danza, aquí sigues aprendiendo cada día más (si quieres, claro) que no hace falta grandes escenarios para mostrar sentimientos al bailar, que puedes ser feliz sin hacer daño a los demás, que si tienes arte no hace falta ser dañina para hacerte valer y un sin fin de cosas más que podría decir, pero para que… ya he dicho bastante.




5 comentarios:

Raquel dijo...

Hay de todo en este mundo... la verdad es que llevo ya 6 años bailando y las he visto de todos los colores... pero con lo que de verdad me quedo es con las grandes amigas que he hecho y que no hubiese conocido si no llega a ser por esto...

besos

Sarah dijo...

Ahí llevas razón, ya que también hay gente maravillosa a la que quiero mucho y las conozco a través de este mundillo. De todas formas, esto fue una reflexión en voz alta, de vez en cuando tengo pensamientos profundos, jijiji.

Marisabel P. dijo...

Sarah, gracias por compartir con tanta honestidad lo que te sucede, acá en Chile no es diferente. Estoy en la Danza desde hace 30 años, he visto -de todo- tengo una escuela que funciona bien, desde hace 16 años. He experimentado ese desencanto que has vivido tu, te entiendo. Pero tambien esta el otro lado, por ejemplo los mas de 15 bebes que se han gestado en madres que no podían embarazarse, a instancias de las clases de la escuela que dirijo. Soy muy bajo perfil, por que me gusta la danza desde el interior hacia el exterior...eso promuevo entre las alumnas...pero no siempre hay logros al respecto.

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Hola, tienes mucha razón en lo que dices, no sé que ha pasado, yo también estoy cansada de "divas" que miran a las demás por encima del hombro, y de las que para ellas la danza oriental consiste en a ver quién lleva el traje más bonito y hace la cosa más excéntrica, cuando de lo que debería tratarse es de expresar, que en eso consiste la danza, en eso consiste cualquier estilo de danza. Gracias por compartir.