lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Danza Oriental o danza de Divas?


Hace tiempo que vengo dándole vueltas a la cabeza, y preguntándome, ¿que les sucede a esas chicas que comienzan tomando clases e ilusionándose cada vez más con este arte? Pasado el tiempo, en cuánto despuntan un poco, cambian, ya no parecen tan ilusionadas por seguir aprendiendo sino más bien, demostrar lo mucho que valen, y lo insignificante que son sus compañeras que aún no han adquirido su “nivel”.

Algo que siempre he valorado en las personas es la humildad, pero en bastantes casos en este mundillo brilla por su ausencia. Y no me estoy inventando nada, seguramente a ti te ocurrió algo en algún momento determinado con alguien del mundillo que no esperabas, verdad? Para que veas, la gente cambia y a veces para peor.

Esto es lo que más me molesta del mundillo oriental, que se predique el buen rollo la conexión con la madre tierra y todo tipo de chorradas, para que a la primera de cambio te miren por encima del hombro y perdonándote la vida, porque quizás a criterio de la diva aún te queda mucho que aprender. Y en cierto modo es verdad, siempre se aprende algo, lo malo es que cuando te crees diva no reconoces que alguien te puede enseñar, y os puedo asegurar que hasta la que menos tiempo lleva en el mundillo te puede dar una lección, quizás no de técnica, pero si de cómo ser buena persona.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, este es un mundo de zancadillas y codazos. Afortunadamente en mi academia, las chicas que mejor bailan no se les ha subido para nada, son muy humildes, en cambio, hay alguna que se cree que baila muy bien y no te sabe hacer ningún paso, como se suele decir... no hay mayor ciego que el que no quiere ver.

Mini dijo...

Sí,hija,sí. Por desgracia somos muchas las que nos hemos visto en esa situación. Bueno,sin ir más lejos, te diré que hace dos años mis compañeras de trabajo me pidieron si podía darles unas clases de danza oriental, a modo no profesional, sino muy básico y para pasar el rato. Todo bien, muy guay, comenzamos las clases... y ya ves cómo algunas comienzan a tomárselo más enserio, a querer aprender más (lo cual está muy bien). Pero lo malo, es que las que más facilidad tenían para aprender la técnica, ya creían saberlo todo y te pedían que les enseñaras más y más movimientos,sin a penas haber perfeccionado los básicos (pero claro, ellas muy divinas creían que por el hecho de entenderlos, ya los sabían hacer a la perfección). Y no sólo eso, sino que se permitían el lujo de sentarse en el suelo a charlar mientras yo corregía a alguna chica que le costaba un poquito más que a ellas aprender el paso. Vamos, como si ellas ya lo supieran hacer perfectamente y la compañera fuese un estorbo para su aprendizaje. Lo que pasa es que ante este tipo de gente, hay que bajarles sus aires de grandeza y hacerles ver que aún les queda mucho recorrido, y que no se lo van a comer todo en dos días.
En fin, menos mal que hay mucha gente buena y humilde. No te desesperes, que de este tipo siempre te vas a encontrar, y hay que aprender a pasar de ellas.
Un beso.

Sara dijo...

Por desgracia tenéis más razón que un santo. Ciertamente es una pena que a la gente se le suba el ego a la cabeza... Como dice el refrán, la ignorancia es muy atrevida, y a veces el que menos sabe, más aparenta conocer.
Las mejores bailarinas que he conocido en mi vida se caracterizan precisamente por lo contrario, por ser buena gente y muy pero que muy humildes. Si es que al final una transmite lo que lleva en el corazón... para nuestro consuelo.

Sahra Ardah

Sònia... no tan fiera... dijo...

Es que la técnica sin algo detrás no vale casi nada, porque se les ve... tendrías que ver la cantidad de codazos que me he llevado en algún taller y cuántas miradas desde arriba porque yo no tengo cuerpo de bailarina... :S

La verdad es que llega un momento que cansa... y cuando entré en el mundo de la danza tribal americana vi el cielo abierto: por fin compañerismo!!! Pero hete aquí que el tribal fusión atrae a todas las divas como la miel a las moscas.. y vuelta a empezar!!

:(

Afortunadamente también hay DIVAS de las de verdad, de las que tienen razón de ser y sólo lo son a la hora de bailar.. cuando se bajan del escenario siguen siendo personas y eso es de agradecer...

Un besazo!!

Anónimo dijo...

La humildad no existe para las que se creen que nacieron enseñadas.

Sarah dijo...

Amén!! Anónimo